Tono a
tono un sonido de aviso se cierne desde la oscuridad, este me persigue hasta que
de golpe todos mis sentidos a uno lo perciben.
Pájaros suenan, retruenan y se esconden de la
lluvia. Aparecen y desaparecen entre los huecos de esta penumbra que siempre
prevalece.
El
viento me trae el olor a fuego que desprende el sol sobre tu pelo, paso a paso
me acerco a recoger mi premio. Solo se me ocurre una palabra, de esta tierra tú
eres lo más bello.
Palabra
a palabra y gesto a gesto me voy enredando en tu mirada, con sonrisas pasadas
aun oscurecidas y sonrisas futuras demasiado deseadas.
La
noche continua y el frio dejo de existir para crear el ambiente perfecto para
nuestra naturaleza, desgastando los pies nos vamos lejos a escuchar el sonido
de las olas y que regalo más precioso el de tu cabeza apoyada en un hombro temeroso
de querer lo que deseaba pero con miedo de perder lo que tenia, solo oscuridad
y latas de cerveza vacías.
Día a día
el tiempo dejo de existir y ya no nos perseguía. Parado se quedaba anhelante mirándonos
con cara de envidia y gesto de odio en su semblante. Odio por traiciones vacías,
envidia por no tener lo que nunca pudo querer y estas dos personas tenían.
Sofás
encantados, botellas de ron y cajas vacías. Botes vacios, sabanas vacías y
noches completas escuchando voces de vecinos que crepúsculo tras crepúsculo nos
temían.
Sonrisas
y lágrimas, estas segundas por primera vez se escapaban. Gestos conciliadores y
gestos perpetuos en caras de porcelana.
Amaneceres interminables y felices donde a los
dos nos sobraban perdices. Momentos eternos que hasta el fin de las horas eran
nuestros y no pertenecían a ningún otro que a tu sombra o a la mía... y a una
rica sandia.
Truenos
y tormentas aterrizaron sobre nuestro árbol, lluvia y fuego en las palabras lo sacudió.
Ahora
me doy cuenta de que no todo es un adiós, si no un hola con retraso. Un saludo
de un viejo amigo que habita dentro de nosotros y que no es un dios, solo es un maldito bastardo con forma de corazón.
Bastardo
que con armadura de acero sortea los golpes de un amor verdadero, bastardo que
sin espada lidia las guerras andando solo por un beso entre caminos de
guijarros.
Valiente
amor que nos persigue, espero que por tiempo nos sepa hallar la pista porque
sin ella solo haría falta para mi entierro un triste violinista.
Si mi tranquilidad
la conseguí por la soledad y vendo la tranquilidad y la soledad por un beso... Que
menos que este sea un buen beso.
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