Si la vida se compone de palabras, tú te has quedado sin ellas. Podría contarte los caminos que me han llevado hasta Roma, pero de esos solo quedan las piedras rotas por mi torpe andar. Ellos que queriendo besar tus labios encontraron un mar donde poder descansar siempre en paz. Junto la ceniza que cae pesada bajo la niebla, de ese techo quemado donde vimos juntos las estrellas. Tu sonreías y llorabas, mientras yo buscaba la manera de que bajaras, buscando soluciones nunca pensadas a estas tristes pisadas.
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